El Archivo Municipal desvela las normas de civismo recogidas en las Ordenanzas Municipales de 1878 para los Carnavales de Crevillent

  • El municipio lleva celebrando esta festividad desde mediados del siglo XIX, entre las numerosas referencias documentales conservadas, hay una con tres artículos destinados a regular los “excesos” cometidos en estos días

En el documento conservado por el Archivo de Crevillent de las “Ordenanzas Municipales” de 1878, econtramos en el capítulo II titulado “de las Fiestas Populares”, tres artículos que tienen por objetivo garantizar las actitudes cívicas durante el Carnaval en Crevillent. Las normas de conducta recogidas son las siguientes:

«5º.- En los tres días de Carnaval se permitirá andar por las calles con disfraz con careta y sin ella, más sólo hasta el anochecer; prohibiéndose el uso de trajes de ministros de la religión y de las órdenes religiosas, de uniformes de magistrados, de jefes de administración y de militares de toda la escala de la jerarquía militar, de cruces y condecoraciones del Estado y de cualquiera otra insignia militar.

6º Ninguna persona disfrazada podrá llevar armas ni espuelas, aunque lo requiera el traje que use, extendiéndose esta prohibición a todas las personas que, aunque no disfrazadas, asistan a los bailes en los cuales ni los militares podrán entrar con espada, ni los paisanos con bastón. Esta último sólo podrá llevarlo la autoridad encargada de la conservación del orden y el gobernador de la provincia si asistiere.

7º. Sólo la autoridad tiene derecho de mandar quitar la careta o de hacerla quitar a quien resistiese su mandato. Para la conservación del orden en los tres días de Carnaval, el alcalde dictará y fijará un bando con las prevenciones que estime oportunas.»

Estas normas de convivencia ciudadana, publicadas íntegramente en el libro “El gobierno de Crevillent” según las ordenanzas de 1756 y 1878, cuya autora es la Archivera Municipal, Bibiana Candela Oliver, incluyen otro artículo en el que se prohibía a los jóvenes hacer burla y engaños a los pobres y transeúntes.

Esta fiesta popular fue multitudinaria hasta el estallido de la guerra civil, con bailes de máscaras, hasta el punto de tener que regularlos, con inscripción previa en el Ayuntamiento, con el fin de poder identificar a la gente, en caso de cometerse algún delito o exceso moral.

Con todo, la fiesta civil del Carnaval, previa a la llegada de la Cuaresma, en Crevillent cuenta ya con más de 170 años de antigüedad, según la documentación conservada en el Archivo Municipal Clara Campoamor.

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